lunes, 28 de febrero de 2011

Corazón y pases cortos, por Ezequiel Leone




El histórico fútbol champagne mutó por el histérico fútbol moderno. Pero la estéril disquisición en torno a los modos para conseguir resultados sigue a la orden del día.
Jugar bien o mal es una cuestión de coyuntura. Académicamente, ser inteligente es adaptarse a situaciones nuevas y la cátedra, entonces, interpreta como pensantes a muchos equipos que priorizan el sudor y la firmeza defensiva por sobre el desequilibrio en ataque.
En fin, la esencia del juego debería ser la misma que años atrás. Aunque la preparación y las presiones se han modificado.
Desdeñar desde el paradigma que indica que todo tiempo pasado fue mejor sería simplificar el análisis.
Hoy por hoy, goles son razones. Entonces, Falcioni acierta o se equivoca en sacar a Riquelme dependiendo de la suerte aritmética que corra su Boca frente All Boys; el planteo de Jota Jota López en cancha de Independiente gana prolijidad y pierde esa “extrema cautela” que le había valido críticas un puñado de horas antes. Y continúan las firmas.
La infinita capacidad de Barcelona y los destellos del Arsenal inglés invitan a creer que se puede jugar lindo en medio de la crispación.
El buen fútbol, de todos modos, no requiere exclusividad de Sombreros y Gambetas. Quizás, en la mezcla de corazón y pases cortos exista una receta para acercarse a un ideal imposible.
Los resultados seguirán marcando las tendencias y el fútbol lucirá orgulloso esas ropas. Guste o no, la realidad apremia y no disimula.



** Nota de Ezequiel Leone, Editor de deportes del diario El Argentino. Muchas Gracias por esta excelente nota.

jueves, 24 de febrero de 2011

¿De qué hablamos cuando hablamos de Riquelme?



¿Recuerdan la última vez que se habló de las cualidades futbolísticas de Juan Román Riquelme? Hace mucho tiempo que solamente se habla de él para referirse a escándalos mediáticos dentro y fuera del mundillo Boca. Después de ver y escuchar sobre el tema a modo de “Cadena Nacional” en los distintos medios, futbolísticos o no, uno se queda con la sensación de que el análisis es incompleto y nos olvidamos de lo más importante para el hincha del fútbol: el juego. Riquelme es un jugador exquisito, lo demostró desde que debutó en aquel Boca de Bilardo y que tuvo su máximo esplendor en el equipo multicampeón de Bianchi. No hace falta ser un apasionado xeneise para reconocer que se trata de uno de los mejores jugadores surgidos del fútbol argentino en las últimas décadas. Es dueño de una visión única, inteligente, guapo, con gol, liderazgo y capaz de cambiar un partido con un solo pase. Encontrar todas esas cualidades en un solo jugador es realmente difícil.
A los que amamos el fútbol no se nos olvida aquél partido contra el Real Madrid por la Copa Intercontinental del año 2000. Recordamos como las “estrellas” vestidas de blanco intentaban una y otra vez quitársela, por supuesto sin éxito. Después siguió paseando su magia en Boca y equipos Europeos como Barcelona y Villarreal. En el equipo culé, el entonces entrenador Louis Van Gaal no logró afianzarlo en la función que él pretendía y termino propiciando la aparición de Andrés Iniesta, ni más ni menos que uno de los mejores jugadores del mundo en la actualidad. Ahí comenzaron las discusiones extrafutbolísticas del 10 por la complicada relación con el DT y con la llegada del holandés Frank Rijkaard su carrera lo llevó al “submarino amarillo” para buscar revancha… y la tuvo.
Con el Villarreal logró llegar a semifinales de Champions League en la temporada 2005/2006, algo inédito para un equipo hasta entonces acostumbrado a pelear por la permanencia o tener protagonismo en segunda división. Es cierto, contaba con compañeros como Forlán y Sorín, pero no hay dudas que el cerebro y corazón de aquél equipo era Riquelme. Prueba de ello está en que a pesar de errar un penal en el último minuto contra Arsenal en la instancia decisiva de aquél torneo, los hinchas nunca pusieron en duda su idolatría. Su etapa europea terminó en conflicto con su entonces entrenador Manuel Pellegrini. Las razones fueron motivo de muchas discusiones y objeto de innumerables especulaciones, pero los protagonistas decidieron no aclarar al respecto.
Volvió a Boca y tras un nuevo regreso a Villarreal con largo período de inactividad se quedó finalmente en el club de la rivera para no irse más.
Desde entonces, el nombre de Riquelme poco a poco se vinculó cada vez menos con lo que pasaba dentro de la cancha y empezó a asociarse a peleas, polémicas, lesiones y discusiones mediáticas. Su irregular historia con la Selección Argentina lo terminó enfrentando con el máximo exponente de nuestro fútbol: Diego Armando Maradona. Por el momento ese fue su final con la camiseta albiceleste y lamentablemente poco tuvo que ver con lo que mejor hace Juan Román: Jugar al Fútbol.
Sin dudas se trata de un personaje polémico, se habló de muchas peleas y discusiones. La realidad es que no conocemos con certeza los verdaderos motivos en cada caso y, más allá de nuestra posición particular no podemos atribuirle la culpa exclusivamente al 10 de Boca. Lo que si podemos tener certeza es que en un deporte en el que sus protagonistas corren 90 minutos, siempre es importante y fundamental un jugador que ponga la pausa y piense, que a su lentitud física la compense con velocidad mental. Ese es el jugador que marca la diferencia y Riquelme es dueño de esa capacidad cada vez más difícil de ver.
Los medios periodísticos dedican horas y horas a hablar de la estrella xeneise, pero soy generoso al decir que sólo el 10% de lo que se argumenta hace foco en razones futbolísticas y eso, en el caso de Riquelme, es un desperdicio. Aquellos que no somos hinchas de Boca muchas veces nos enojamos al ver cómo la realidad de nuestros equipos pierde terreno en los medios ante cada una de las potenciales polémicas que giran en torno al jugador. Debería hablarse mucho menos, dejarse de lado las especulaciones y dar espacio a las certezas. Lo cierto es que Riquelme es un jugador único. Podemos analizar mil y una vez si incluir a Riquelme entre los 11 beneficia o perjudica futbolísticamente a Boca dadas las indudables ventajas físicas que evidencia en los últimos años. Algunos dirán que no puede faltar nunca, otros argumentarán con antecedentes firmes que su físico no le permite jugar con regularidad y otros simplemente expresarán que no es necesario o prefieren a jugadores de otra característica. Más allá de su realidad futbolística, en lugar de perder horas analizando discusiones que sólo los protagonistas conocen, podríamos dedicar minutos a aprender de lo que fue Riquelme en su mejor momento y lo que sigue siendo cuando juega. Los jugadores son por sobre todo adultos y profesionales, no necesitan la “ayuda” de la prensa para solucionar sus conflictos y los dirigentes son los que deben velar por la armonía en el club, nunca un periodista. Nuestro rol como espectadores es disfrutar de los grandes jugadores y Riquelme, más allá de la camiseta que nos apasione, es un enorme intérprete de la redonda.


miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Defensa vs. Ataque?



Siempre cuando uno discute sobre fútbol se encuentra con opiniones diversas, estilos innumerables y diferentes apreciaciones sobre un mismo fenómeno. Tendemos a polarizar nuestros conceptos y dividirlos en “pro” y “anti”. Así hablamos de “equipos defensivos” y “equipos ofensivos”. Algunos proponen que el equipo debe cuidar el cero en su arco y a partir de ahí construir. Entonces completan el equipo en su mayoría con jugadores atentos a la marca y la disciplina táctica, descansando en el error del rival o una jugada de pelota parada para quebrar el partido en su favor. Otros proponen lo contrario, libertad en ataque e intentar marcar un gol más que el rival. Lo que está claro es que para ganar hay que saber atacar y defender, el dilema está en cómo hacerlo. Algunos se resignan a atrasar las líneas, tomar recaudos, no arriesgar y devolver el balón vía pelotazos. Justifican esta “ideología” argumentando que así van a perder menos partidos y van a ir sumando en la tabla de posiciones. Ahora, ¿Es cierto este argumento? ¿Es esa la manera más efectiva de defender o hay otra igualmente efectiva que no implique resignar el ataque y el buen juego? Tomemos como ejemplo a los dos equipos que mejor juegan en mi opinión: Barcelona y Arsenal.
Nadie duda que el FC Barcelona es un equipo cuya principal preocupación es atacar y elige como arma fundamental la tenencia de pelota, la cobertura de espacios, la inteligencia, la paciencia y el pase profundo. Es esa idea la que lo convierte a la vez en el equipo más efectivo en defensa del campeonato español. Hasta hoy sufrió tan solo 13 goles en 24 partidos o lo que es lo mismo, un poco más de un gol cada dos partidos. No necesita pararse en campo propio y esperar, directamente se adueña del elemento más importante del fútbol: La pelota. Nadie discute la formación o la disposición táctica; en realidad es una anécdota porque cuando empieza el partido los 11 se empiezan a mover, a mostrarse, a pedirla y a buscar al compañero. A la larga cualquier estructura defensiva por más pensada y trabajada que esté se termina desarticulando ante un equipo en continuo movimiento que al final resulta imprevisible y termina invalidando cualquier otra estrategia.
Hace unos días el Arsenal logró lo que pocos, derrotar al Barcelona y marcarle dos goles en un partido, logró encontrarlo mal parado y lo hizo con la misma arma de siempre: la pelota al piso. Es cierto que el Barcelona dominó casi todo el encuentro, pero el equipo inglés jamás renunció a la idea y cuando pudo robar la pelota la aprovechó por donde más rinde, por el piso. En la Premier League, los Gunners se encuentran en la segunda posición y es uno de los equipos menos goleados (sólo lo superan los equipos de Manchester y el Chelsea) sin resignar a su idea juego y a la obsesión por la estética. De más está mencionar que lo hace con mucho menos recursos económicos y sin contratar las estrellas que se mueven en el resto de la liga británica.
Vélez Sarsfield, a su manera busca la misma idea, y así fue el segundo equipo menos goleado del último torneo, sólo superado por el campeón, Estudiantes, que si bien apuesta a un fútbol diferente a los de Liniers tiene a jugadores como Verón, Braña o Enzo Pérez que monopolizan la redonda.
De todas maneras, el fútbol da lugar a infinidad de opiniones y filosofías, justamente eso es lo que lo hace tan hermoso. No hay certeza de que apostando a una idea u a otra se ganará. Lo que si me atrevo a asegurar es que el fútbol debe disfrutarse y debe apostarse por estilos que lo hagan atractivo, que lo hagan entretenido. El resultado puede llegar o no, se gana y se pierde. Equipos como Barcelona y Arsenal apostaron por el entretenimiento, lograron atacar y defender con la misma idea y eficacia. Justamente eso es lo que hace que cuando juegan nos sentemos a verlos y a disfrutarlos. Sus hinchas festejarán los triunfos y lamentarán las derrotas, nosotros sólo seguiremos disfrutando de sus Sombreros y Gambetas.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Periodistas Deportivos S.A.



Cuando empecé a escribir de fútbol nunca pensé que iba a dedicar una nota a quienes naturalmente son los encargados de informar y analizar en el ambiente del deporte que todos amamos: los periodistas deportivos. Ayer explotó en todos los canales la noticia de la lesión ligamentaria de Giovanni Moreno, una de las gratas apariciones del último campeonato en un fútbol en el cual los talentos se vienen negando. Desde ayer hasta hoy escuché todo tipo de opiniones y análisis que tocaron desde temas deportivos hasta aspectos psicológicos y éticos. A mi entender, es válido expresar opiniones, pero nunca se puede carecer de fundamentos.
Hay voces que sistemáticamente se levantan a favor de ciertos intereses políticos y de poder, ya sea del ámbito deportivo o gubernamental. Cualquier persona objetiva que logre abstraerse de ideologías puede notar en ciertas declaraciones o discursos cierta animosidad, pero ese es un tema para otro momento.
Si vamos al aspecto específicamente deportivo, vamos a encontrar infinitas contradicciones, comentarios infundados y discursos simplistas que lejos están de representar la real función de muchos informadores del deporte.
Cuando un club demuestra debilidades financieras, en seguida escuchamos análisis totalmente incompletos, con conceptos incorrectos y siempre apuntando a satisfacer la opinión “incuestionable” del hincha. Claro, el hincha es el que compra. Rara vez vamos a ver en el piso de cualquier programa de televisión a un contador o especialista en finanzas para explicar adecuadamente el tema. La situación financiera de un club no se limita a lo que debe, sino que involucra muchísimos elementos, requiere de mucha información y de profesionales capaces de interpretarla.
Volviendo al tema de moda en estos días (la lesión de Giovanni Moreno) nos tocó escuchar barbaridades como “Barrientos no debe jugar nunca más en el fútbol argentino”. Sin embargo patadas fuertes vemos desde que existe el fútbol, lesiones también. Entonces escuchamos decir “Giovanni Moreno se lesionó porque fue a buscarlo a Barrientos debido a la presión psicológica a la que fue sometido durante todo el partido”…. Si, puntos suspensivos. ¿Realmente un periodista deportivo está en condiciones de afirmar con tanta liviandad algo semejante? Es por lo menos irresponsable escuchar este tipo de análisis por parte de personas que no tienen la formación para hacerlo.
Cuando se dan cuenta que los fundamentos son insuficientes entonces entran en el terreno de la ética y cuestionan actitudes que muchas veces festejaron. Se cuestiona el comportamiento de un jugador que “saca” psicológicamente a otro de un partido, se cuestiona la pierna fuerte de un jugador, pero al mismo tiempo se festeja la “picardía” de otros al inventar un penal, se califica de genialidad un gol con la mano, se ríen de las prácticas de un DT que mandaba a sus jugadores a pinchar con agujas a los rivales y se fomenta aquella historia confirmada por sus protagonistas del bidón de Branco como si se tratara de una hazaña nacional.
El partido de All Boys – Racing no es diferente a muchos de lo que vemos cada fin de semana, planteos similares vemos en todas las divisiones del fútbol argentino y del mundo. El juego fuerte existe desde siempre, para eso existe el reglamento, para castigar el comportamiento violento dentro del marco deportivo, pero llegar estigmatizar a un jugador por su actuación en un partido es demasiado y es totalmente irresponsable. La misma responsabilidad que se le reclama al jugador es de la cual carecen muchos periodistas en el ámbito del fútbol. Más allá de que muchos lo nieguen, son formadores de opinión e influyen en quienes los escuchan o leen. Se habló todo el día del comportamiento violento del hombre de All Boys, pero se dejó pasar casi inadvertido el hecho de que éste haya recibido amenazas de muerte, tanto él cómo su familia. Claro, remarcarlo sería aceptar su propia culpa.
Se quedan con la noticia que “vende” aún a riesgo de faltar a la realidad. Las lesiones que vemos todos los fines de semana no son siempre resultado de patadas o comportamientos violentos. Si uno habla con cualquier preparador físico se va a enterar que los jugadores son llevados al límite y que, por tal razón, quedan expuestos a muchísimas lesiones. Hoy vemos gran cantidad de lesiones ligamentarias que antes no veíamos y rara vez se debe a una patada de algún jugador rival o a una táctica defensiva. Obvio, analizar los pormenores de la preparación física no reditúa.
Tampoco parece ser tan fuerte la patada que pega el jugador de un equipo chico a la que pega algún jugador de equipo grande. Cuando el que pega se desempeña en Boca, River, Independiente, Racing o San Lorenzo se habla de “presencia”. Cuando el que pega es de All Boys se habla de “violencia”.
Alguna vez escribí sobre el papel de los dirigentes o de los mismos hinchas en la manera en que se vive el fútbol. Los periodistas deportivos no están al margen, son formadores de opinión y deben ser cuidadosos, responsables y concientes de lo que sus palabras generan. Hay muchas excepciones, mucha gente seria, pero también hay de la otra y tienen mucho espacio. Esta nota seguramente no va a cambiar la ecuación, pero de mi parte sirve para plantarme en la vereda del frente desde mi humilde rol de “no periodista”.

viernes, 11 de febrero de 2011

Mercado de pases: ¿Cuál es el limite?



Hoy empieza un nuevo torneo del fútbol argentino, pasaron pretemporadas, amistosos, campeonatos de verano, negociaciones que llegaron a buen puerto y otras que no. Finalmente el mercado de pases está llegando a su fin y los clubes terminan de delinear sus planteles con los cuales intentarán conseguir los objetivos a los que cada uno de ellos aspira. No obstante éste no fue un mercado de verano normal, vimos situaciones que, al menos, llaman la atención y, a quienes reclamamos transparencia, ética y seriedad en el fútbol, no dejan de preocuparnos. Muchas veces criticamos a los dirigentes por incumplir contratos, por faltar a la palabra y por no cuidar los intereses de los clubes, pero hoy aparece un ingrediente más: los jugadores y técnicos parecen haber caído en la misma trampa.
Años atrás cuando un equipo se interesaba en un jugador, los dirigentes de ambos clubes se acercaban, negociaban y acordaban una transferencia, luego la institución interesada se reunía con el jugador y cerraban las condiciones de contratación, era todo mucho más simple y transparente.
Más tarde aparecieron los representantes, en principio para velar por los intereses del jugador y acercar voluntades. En realidad se suma un nuevo interesado que obviamente quiere satisfacer también su propio interés económico y terminan vendiendo su complicidad al mejor postor. Hasta ahí el jugador es simplemente un objeto de deseo cuyo principal interesado es el DT que lo solicita.
Hoy todo eso ya no es suficiente y las negociaciones ya no funcionan de la misma manera, los clubes se encuentran económicamente devastados, pero igual la ausencia de proyectos “obliga” a los dirigentes a realizar incorporaciones rutilantes. Ahora, si no hay dinero ¿Cómo realizar estas incorporaciones? La “creatividad” de nuestros dirigentes encontró una manera y sumó a dos nuevos cómplices: Jugadores y Directores Técnicos. El club interesado ya no se acerca al club propietario del pase, sino que se contacta directamente con el representante del jugador y acuerdan condiciones antes de iniciar cualquier tipo de negociaciones entre instituciones. Al mismo tiempo “siembran” el rumor en los medios y a partir de ahí la noticia explota, los hinchas se ilusionan, el jugador empieza a sentirse parte del club oferente. A todo esto el club propietario recién se está enterando y obviamente niega toda negociación en curso. Finalmente la oferta llega, pero resulta ser insuficiente por lo que es rechazada. Ahí entra en escena el DT que empieza a llamar al jugador para convencerlo y hacerlo objeto de presión para que su club termine cediendo y aceptando la oferta. El jugador “tentado” con la posibilidad termina faltando a sus propios códigos éticos y planta bandera amenazando con dejar la actividad o no renovar su vínculo con la institución que lo albergó y que pagó por sus servicios. El dirigente que defiende el patrimonio del club se ve en jaque, las relaciones se rompen, los hinchas pierden la paciencia y se termina aceptando una oferta insuficiente. El club que inició todo este círculo termina logrando su objetivo.
Casos así hemos visto en otros momentos, pero en este mercado de pases se volvió más habitual de lo esperado. Boca parece haber hecho de esta estrategia una política de contratación, lo hizo con su nuevo DT (Julio Falcioni), con Ervitti y con Somoza. Hoy trascendió algo similar ante la posibilidad de incorporar a Schiavi. Racing intentó tomar la misma posición para obtener a Mercier y San Lorenzo aprovechó la presión de Ortigoza de no renovar con Argentinos Juniors para hacerse con los servicios de un jugador muy codiciado. Estamos casi al límite de dejar de hablar de “negociación” para hablar de “coacción”. Se están rompiendo códigos, y la poca ética de la que goza nuestro fútbol se está perdiendo y eso es muy peligroso. La AFA, como organismo de organización y control, hace caso omiso y permite este tipo de situaciones. El periodismo en lugar cumplir su rol informativo se termina convirtiendo en un elemento totalmente funcional. Habrá que ver cuál es el próximo paso, qué personaje nuevo se incorpora al sistema o si finalmente alguien podrá un límite y diga “hasta acá llegamos”. La historia no nos permite ser optimistas. Por lo pronto la redonda empieza rodar, el amor por la camiseta se empieza a sentir. Disfrutemos de nuestro deporte, pero aprendamos a cuidarlo y mejorarlo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Messi vs Ronaldo - Duelo Estelar



Hoy se juega Argentina – Portugal. En cualquier otro momento un amistoso de este tipo no generaría grandes expectativas, pero el choque se vendió comercialmente como el “Duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo”. Las comparaciones son muchas, las posiciones son más numerosas todavía y fijar una posición al respecto puede no ser tan sencillo. Se trata de dos enormes jugadores, pero intentemos analizarlos numéricamente:

Ambos compartieron las últimas dos temporadas de la Liga Española y los números son los siguientes:

Rubro Goles:

Messi es el mayor goleador de la Liga sumando ambos torneos con 58 goles (sólo 3 de penal), contra 50 de Ronaldo (9 de penal)
El 31% de los goles de la “pulga” sirvieron para abrir el partido. El portugués lo supera con el 34%.

Rubro Asistencias:

En este rubro la ventaja del argentino es mucho más notoria, lleva 24 entre ambos torneos contra 13 del ex Manchester United, es decir casi lo duplica. Además Lionel es el mejor asistidor del fútbol español si sumamos ambos torneos, seguido por su compañero de equipo Dani Alves.

Rubro Fair Play:

La ventaja también es del argentino, quien sólo tiene 5 amarillas entre ambas temporadas, sin ver la tarjeta roja. Cristiano vio 6 veces la amonestación y fue expulsado en dos ocasiones.

En competiciones europeas, Messi lleva marcados 31 goles en 52 partidos mientras que Ronaldo anotó 27 en 72 encuentros. Ambos ganaron la Champions League, pero en el caso de nuestro compatriota lo hizo en dos oportunidades, siendo el máximo anotador en la última consagración.

En Mundial de Clubes, ambos se consagraron (Messi con Barcelona y Ronaldo con Manchester United). El rosarino anotó 2 goles en 2 partidos, contra 1 gol en igual cantidad de encuentros para el jugador merengue.

En Selecciones Nacionales ambos tienen una deuda pendiente. El último mundial vio alRonaldo como una de las máximas decepciones. Messi no deslumbró pero tuvo un rendimiento más que aceptable, pese a que no pudo convertir en ninguno de los encuentros disputados. Como ventaja para el argentino tiene en su haber un Mundial Juvenil (en el cuál fue mejor jugador y goleador) y un Juego Olímpico en 2008 con la celeste y blanca.

En Balones de Oro, con el obtenido este año, Lionel suma 2 contra 1 de Cristiano


Los números avalan al jugador de Barcelona, pero no podemos quedarnos en ese análisis. Son jugadores diferentes, grandes jugadores los dos, juegan en dos de los mejores equipos del mundo y son el centro de las miradas en cada partido que disputan.
Al portugués se lo ve más individualista y egoísta en su juego y los números así lo reflejan, pero es importante también tener en cuenta que la filosofía de sus equipos es totalmente diferente. El Barcelona apuesta a un juego de tenencia, solidario y vistoso. El Real Madrid apuesta a las individualidades y en ese contexto el portugués marca su diferencia.
En lo personal admiro a los dos, pero encuentro una sutil diferencia: Cristiano Ronaldo es humano, Messi es de otro planeta y va camino a ser uno de los mejores de la historia. Las posturas son infinitas e incluso muchos opinarán que hay mejores jugadores que estos dos grandes exponentes. Lo importante es que existan estos monstruos del fútbol para que podamos seguir disfrutando del deporte que nos apasiona. Apuestas abiertas.

Fuentes Estadísticas: 
Espn Deportes
Wikipedia
Soccerway.com

lunes, 7 de febrero de 2011

Las mismas Copas, realidades opuestas



Todos los años vemos equipos luchando por distintos objetivos. Algunos apuntando a llevarse la gloria, otros a conservar la categoría y también están los que apuntan a jugar un torneo internacional. Éstos últimos merecen un análisis.
Hay equipos que en la carrera contra el descenso terminan llevándose el premio de clasificar a una Copa Libertadores o una Copa Sudamericana. A otros les sirve como consuelo por un título no conseguido. De una u otra manera siempre es una buena noticia sumarse al plano internacional. El hincha se ilusiona, las canchas se llenan, se reviven historias y hazañas. Todo parece cerrar, pero nadie se detiene a analizar ¿Se está realmente preparado para asumir tan importante responsabilidad? ¿Se tienen los recursos en materia de planificación, infraestructura, plantel, dirigencia y economía?
La respuesta está en el contexto en que se produce este acontecimiento.
Como antecedente negativo nos encontramos con Talleres de Córdoba. Luego de obtener el mayor logro de su historia al jugar Copa Libertadores de América se dio cuenta de que no estaba preparado para ello. No sólo realizó su peor campaña en torneos de AFA con 30 puntos entre ambos torneos sino que profundizó una crisis económica de la cual aún no pudo salir. El resultado: uno de los clubes más importantes del interior del país quebró y se encuentra disputando el Torneo Argentino A, la tercera categoría de nuestro fútbol. Hay otros casos como el de Quilmes que, si bien no llegó a límites tan alarmantes, también sufrió la pérdida de categoría luego de jugar dos torneos.
Entonces, ¿Los clubes deben evitar las competencias internacionales? Para nada. Tenemos casos como los de Boca Jrs., Lanús, Estudiantes y Vélez que, independientemente de los resultados obtenidos, pudieron salir exitosos. De hecho los de La Plata y los de Liniers vienen participando ininterrumpidamente hace varios años y son protagonistas en cada uno de ellos. Independiente, en su caso, volvió a jugar un torneo internacional después de muchos años y, si bien recuperó su mística copera al consagrarse campeón de la Copa Sudamericana, pagó un alto costo en el torneo local. Debemos estar frente a un caso histórico y contradictorio a la vez, en donde un equipo sale campeón y último en un mismo semestre, con un mismo entrenador y con los mismos jugadores. Este año lo espera cargado de competiciones y con un promedio flaco de cara a los descensos. Cuenta con margen, pero debe saber administrarlo, porque no es demasiado grande.
La experiencia de jugar un torneo internacional es inigualable y ganarlo genera sentimientos indescriptibles, pero es necesario que todo se de dentro de un contexto de seriedad, con un club organizado y, por sobre todo, previsor. Se debe contar con un plantel competitivo, con inferiores sólidas para completar los espacios de tanta competencia y consolidar talentos; debe contarse con una economía equilibrada para reforzar los puestos no cubiertos con jugadores de calidad y no caer en la trampa de empresarios que ven grandes oportunidades cada vez que se abre el mercado para estos equipos. ¿Qué tienen de común los casos de Talleres y Quilmes? Son equipos que se encontraron ante un gran desafío sin planteles propios, que hicieron grandes erogaciones y terminaron matando su economía. Talleres fue por más, hizo un último campeonato brillante que casi lo consagra, pero la ilusión se fue en un mano a mano con Argentinos Juniors en la promoción. Quilmes se quiso acomodar y armó un equipo más humilde que lo llevó de nuevo al Nacional B.
De Vélez y Estudiantes sería hasta redundante hablar. Mantienen planteles propios en su mayoría y una buena base de juveniles. Son proyectos con características diferentes; Vélez apuesta mucho más a las inferiores que Estudiantes, pero los dos cuentan con propuestas serias que los mantienen como puntos fuertes en todo torneo que disputen y se mantienen en los dos primeros puestos de las tablas de descenso.
Nosotros como hinchas no debemos “lamentar” la clasificación a una copa, sino exigir a nuestros dirigentes seriedad y planificación, sabiendo que si eso no existe corremos riesgos que nos pueden golpear y fuerte en un futuro. La fuerza del golpe depende de cuánto tardemos en darnos cuenta de la realidad, aprendamos a analizarla.

jueves, 3 de febrero de 2011

Selección Argentina 2.0



En 1994, hace 16 años Néstor José Pekerman tomaba el mando de las formaciones juveniles de la Selección Argentina de fútbol. Comenzaba un proyecto ambicioso que duraría años y estaba plagado de éxitos. Pero en realidad no son los títulos conseguidos los que importan, sino la cantidad de talentos que formó y que aún hoy siguen siendo parte de la selección mayor o triunfando en grandes equipos de Europa. Cabe mencionar nombres como Sorín, Aimar, Saviola, Riquelme, Samuel, Gabriel Milito, Esteban Cambiasso, Nicolás Burdisso, Andrés D´Alessandro y Carlos Tevez para darnos cuenta del nivel de jugadores que surgieron de este proceso. A los juveniles no solo se los formó como jugadores sino como personas y no era extraño para nadie ver que al final de cada torneo se reconozca el comportamiento ejemplar de los chicos argentinos con el premio Fair Play. En lo personal, verme representado de esa manera me llenó de orgullo por muchos años.
El ciclo de Pekerman finalizó en 2006, en el mundial de Alemania, dirigiendo la mayor. Daba gusto ver en el plantel mayoría de jugadores con pasado en selecciones juveniles, y no se trataba de un capricho del entrenador, realmente eran jugadores de selección. Se apostó al buen juego, se gritaron goles de muy buena factura como aquél contra Serbia y Montenegro en la fase de grupos, y más allá de un mal partido con México muchos confiábamos en que podría ser un gran mundial, pero no se pudo. Se perdió por penales en cuartos de final y nos dimos cuenta que lo que la dirigencia de AFA realmente valoró de todo este ciclo era lo menos importante de todo lo que se había logrado, los resultados. Se terminó con el último gran proyecto del fútbol argentino y de ahí en más la selección se encuentra a la deriva. No hay un estilo, no hay conducción y no se articulan los trabajos de las divisiones menores con la selección mayor. Dejando de lado los gustos personales y las idolatrías que muchas veces nos restan objetividad, pensar que pasamos de Basile a Maradona como DT y de Pekerman a Bilardo como coordinador de selecciones, no deja de llamar la atención. No tanto por los nombres, sino por las características y estilos totalmente opuestos. Se comenzó el ciclo pre-mundial apostando a la experiencia de Basile y se terminó el ciclo apostando a la inexperiencia de Maradona. Pasamos de apostar a la seriedad de Pekerman a las incoherencias de Bilardo.
Podríamos discutir horas sobre la capacidad de los mencionados anteriormente para comandar una selección tan importante, pero no es el análisis que hay que hacer, sino la incompatibilidad en los estilos y la pérdida total de seriedad. Podemos discutir horas sobre si Diego estaba a la altura de las circunstancias en Sudáfrica, si leyó mal o bien el partido con Alemania, si Ruggeri si o Ruggeri no, pero lo que no podemos negar es que perdimos el rumbo. Lo que para mí fue el gran y único acierto de Grondona en la dirección de AFA se convierte hoy en su gran error. El excelente trabajo que se realizó desde 1994 se tiró por la borda en una definición por penales y hoy la selección se encuentra sin rumbo. Pasamos meses para conocer al sucesor de Maradona, con declaraciones cruzadas y poco serias en el medio, con las selecciones juveniles que no forman un solo jugador sino que se encargan de reclutar chicos que ya se encuentran participando en primera división y se apuesta a salvadores como Funes Mori, que en lo personal me parece un gran jugador, pero que todavía tiene mucho que pulir; de todas maneras la calidad de un jugadores es lo menos relevante. Que se tenga que seguir apostando a Zanetti y Heinze porque no surgen marcadores laterales dice mucho. ¿Cómo no podemos formar dos laterales de buen nivel en un país en donde los jugadores y los talentos abundan? Creo haber dejado en claro mi punto de vista con respecto a las razones.
Hoy el mando lo tiene Sergio Batista, y vuelvo a insistir, no son los nombres lo que importa sino los proyectos y esperemos que se vuelva a poner en marcha uno, ya que corremos el peligro de desperdiciar a una generación de jugadores muy talentosos, entre los que se encuentra, ni más ni menos quien va camino a ser el mejor jugador de la historia, o quien por lo menos ya es la mejor aparición del fútbol mundial en muchos años, Lionel Messi . Si no encontramos el camino corremos el peligro de perder algo mucho más valioso: el prestigio y el respeto que nos ganamos durante muchos años. La AFA y los clubes tienen material y recursos de sobra para volver a poner a nuestra “Celeste y Blanca” en el camino que corresponde. De nuestro lado sólo nos queda alentar y apoyar a nuestra, sí nuestra amada Selección Argentina.