jueves, 10 de marzo de 2011

El valor de las ideas



¿Qué sería de nosotros si no estuviéramos permanentemente aprendiendo cosas? 
 Muchas veces tendemos a creer que sabemos todo y esa sensación se mantiene hasta que nos chocamos con una realidad diferente. Las realidades a veces niegan lo que creemos, lo transforman o lo potencian y en ese sentido el fútbol esta semana me enseñó una cosa más: podemos hablar de tácticas, de estilos, de merecimientos, de justicias e injusticias, pero nada es más importante que una idea y lo convencido que se esté de que ESA es la idea correcta. El fútbol divierte y enseña, todo en 90 minutos.
Después del partido de ida entre Barcelona y Arsenal aquellos que amamos la pelota al suelo y bien jugada nos quedamos esperando descifrar cuál iba a ser la propuesta de dos equipos con realidades diferentes pero con filosofías similares. El resultado fue un Barcelona absolutamente dominador que obligó al club inglés a hacer lo que menos sabe, defenderse sin la pelota. Después del partido hablando con un periodista al cual respeto mucho debatíamos sobre la actitud de los Gunners y hasta qué punto planificó defenderse cerca de su arco. En mi opinión, el Barcelona lo redujo a eso jugando a lo mismo que viene jugando desde hace muchos años y que ya destacamos muchas veces. Entonces, si esa es la receta para ganar ¿Por qué no juegan así todos? La respuesta es, “Porque no todos pueden hacerlo”. El Barcelona tiene algo muy importante en el fútbol, una idea, y todos, desde sus dirigentes, técnico y hasta el último de los juveniles tiene pleno convencimiento de esa idea; eso se vive y a eso juegan.
En el ámbito local jugaba otro Arsenal, el de Sarandí, ante Independiente. El local no cuenta con grandes figuras y apuesta a un fútbol que no a muchos les gusta, es cierto, pero tiene una idea y se aferra a ella. Al frente, Independiente parece haberla perdido hace rato y eso se notó en la cancha. Un equipo fue ordenado, el otro improvisado, uno jugó a lo que sabe, el otro no supo a qué jugar, y el resultado no podía ser otro, goleada para los de Sarandí. En ese sentido la realidad de Independiente nos hace preguntarnos ¿Cómo un equipo puede cambiar tanto en sólo unos meses? ¿Cómo se pasa de ganar un torneo internacional a perder el rumbo definitivamente como vimos hoy contra Godoy Cruz? Cuando buscamos respuestas siempre tendemos a analizar lo que pasa adentro de la cancha y lo separamos de lo que pasa afuera. La comunión de ideas que destacamos en el Barcelona es de lo que carece absolutamente Independiente. La realidad de una institución la forman muchos actores, desde los jugadores hasta los dirigentes, periodistas e hinchas. Cuando todos siguen rumbos separados las ideas desaparecen, se generan conflictos innecesarios, los objetivos se pierden y el apoyo incondicional se transforma en un reproche constante sin distinguir destinatarios. Así las cosas, la mente empieza a funcionar y los golpes duelen el doble, la confianza desaparece y todo se percibe imposible. Cuando se pierde la claridad para pensar se piden cabezas y rápidamente tratamos de encontrar villanos que focalicen todas las culpas. De esa manera pensamos que al eliminar al villano se solucionan todos los problemas y se vuelve a empezar de cero, pero lamentablemente es sólo una ilusión. Los que seguimos la realidad de Independiente vimos pasar a muchos DT, muchos jugadores y muchos dirigentes, la mayoría de ellos sin suerte y algunos con algún logro aislado. Se fueron muchos “villanos” pero los problemas son siempre los mismos. Hoy la realidad marca que se cuestiona al DT (con sus errores y aciertos, muchos o pocos), se cuestiona a los jugadores y se pide la cabeza del presidente del club. Sin emitir juicio de valor sobre ninguno de ellos la experiencia me hace pensar que, aún prescindiendo de todos los mencionados, la historia se volverá a repetir. Para cambiar una realidad tan profunda se tiene que apelar a una idea y volver a creer en ella, creer todos juntos y crecer todos juntos. De nada sirve reemplazar piezas cuando el conjunto no está articulado. Los hinchas tenemos que volver a creer en un club grande, actuar en consecuencia y exigir los dirigentes adecuados. Parafraseando a un gran amigo, “todo está en la cabeza”, una idea es capaz de hacer grandes cosas, pero hay que creerla y defenderla mas aún en los peores momentos. Los caminos no son sencillos, se avanza y se retrocede. Cuando todo un club tiene clara una idea, es mucho más sencillo que adentro de una cancha las cosas salgan como se espera. Eso es justamente lo que el fútbol me enseñó esta semana, y solo en 90 minutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Podés publicar tu comentario. Por favor, a opinar con respeto y a hablar de fútbol.