Se conoció en estos días el nuevo sistema de clasificación a torneos internacionales para equipos argentinos y la medida tuvo una generalizada aceptación, ya que resulta en principio saludable que la competición continental se abra a más equipos. No obstante hay algunos aspectos que no podemos dejar de analizar y que a priori me generan cierta inquietud. En nuestro continente las opciones son dos: Copa Libertadores y Copa Sudamericana, dos competiciones semestrales que se disputan en momentos diferentes del año, una en cada mitad. A mi se me plantean algunos interrogantes y me gustaría responderlos antes de dar mi opinión sobre la decisión.
El plantel con el cual se va a afrontar el año futbolístico se arma en el receso de invierno y se refuerza en el verano. Si un club va a disputar una copa va a necesitar un plantel más amplio y seguramente se reforzará en cantidad y calidad de jugadores. En un semestre con muchos partidos seguramente habrá rotación, lesiones y si se obtienen los resultados esperados el aprovechamiento del plantel va a ser óptimo en ese semestre. Pero nuestro fútbol cuenta con una realidad, pocos equipos tienen planteles propios y desarrollo de divisiones inferiores, entonces apelan a “alquilar” jugadores. El problema es que los jugadores normalmente se “alquilan” por un año, pero la competencia doble la vamos a tener en un solo semestre, el resto del año nos van a sobrar jugadores, perjudicando más la ya pobre economía de las instituciones del fútbol argentino. Algunos me dirán que el nuevo sistema se asemeja al de España o la mayoría de las ligas europeas y allí funciona perfecto, es cierto, pero por esos lados el sistema se aplica ante competencias simultáneas (Champions League y Europa League) con torneos locales anuales, sin la presión permanente del promedio y con clubes mucho más poderosos desde lo económico. Entonces ¿Estamos realmente tomando un sistema y adaptándolo a nuestra realidad o simplemente estamos parchando un sistema defectuoso? Alguno me dirá que los clubes tienen la opción de contratar jugadores por 6 meses, pero ¿Realmente un jugador puede amoldarse a un equipo en ese período o tendremos que esperarlo 3 para que se ponga a punto y para cuando lo esté quizá ya no lo necesitemos? En mi opinión los clubes van a terminar ahondando en su crisis de proyectos.
Hay cambios que son necesarios pero si no se realizan en conjunto pueden tener el efecto exactamente opuesto al que se busca obtener. Me parece muy bueno que los clubes que disputan uno y otro torneo no sean los mismos, que clasifiquen por puntos, que se priorice a los anteriores campeones, que todos tengan las mismas chances de disputar este tipo de torneos sin limitarnos a un grupo de equipos “grandes”, pero debe hacerse en un contexto diferente. Por un lado es importante contar con torneos locales anuales para que aquellos equipos que no cuenten con grandes presupuestos no tengan que verse en la disyuntiva entre endeudarse o tener que elegir entre copa y descenso, sin sistema de promedios para que no tengan que “pagar” por malas campañas pasadas. Desde la dirigencia del fútbol continental deberían plantearse competiciones anuales y simultáneas, de modo de no cargar la agenda de partidos y que no sea necesario tener dos planteles para hacer un papel digno que muchas veces ni se consigue.
Hace tiempo que se pedía un cambio y es buena señal que empiecen a proponerlos y aceptarlos, pero hay que hacer los cambios inteligentemente para que realmente cumplan su objetivo y no se queden simplemente en medidas incompletas que lejos de ayudar pueden ocasionar aún mayor daño. Desde mi postura (algunos la compartirán y otros tendrán una posición diferente), no critico la medida, la aplaudo, pero me parece que no se la implementa en el contexto adecuado. En realidad, si lo pensamos bien, el contexto que rodea a nuestro deporte por estos lados tiene muy poco de adecuado. Espero equivocarme y que todos salgan beneficiados con este sistema, yo lamentablemente dudo que así sea. El tiempo dirá